Patrícia Nunes Pereira
Hija de un aventurero y de una coleccionista vintage, Patricia Nunes Pereira nació marcada por las singulares influencias de los años 70 y por un universo estético y cultural rico y ecléctico.
La impresionante Costa Vicentina, de Carrapateira y Amado, salvaje y virgen, era el lugar donde solía veranear. Sigue siendo en esta tierra de baños fríos, cactus rebeldes y colinas redondeadas donde recarga las pilas y a la que vuelve siempre que puede. Allí se siente como en casa.
El lado nómada de la vida siempre le ha atraído, inquieta, curiosa, ávida de todo lo que le revele nuevas formas de ser y estar. Viajar sigue siendo una de sus grandes pasiones.

"Siempre que salimos de nuestra zona de confort es cuando ocurre todo".
Escuche nuestra historia en primera persona.
Estudió en Lisboa, pero vivió en Santo Amaro de Oeiras, junto al mar, donde acabó estableciéndose años más tarde. Aún conserva amistades de aquella época.
Es verdaderamente feliz cuando recibe a sus seres queridos en casa. Le encanta recibir y se compromete hasta el último detalle, las flores siempre están presentes. Le encantan las boganvilias. Al más puro estilo latino, es alrededor de un buen vino, una mesa bien puesta y una buena conversación donde siente que la vida tiene sentido. En el compartir, en la alegría, en la entrega. Como leyó una vez en la pared de un restaurante:
"...haciéndonos cargo de la felicidad de las personas durante las horas que pasan bajo nuestro techo...".
Interrumpió sus estudios de Derecho para empezar a trabajar en lo que se convertiría en su verdadera pasión: la moda. Primero en tiendas, le fascinó el contacto con el público, pero también aprender cómo funcionan las colecciones, los horarios, el merchandising, los objetivos y todas las partes fascinantes de este sector de la venta al por menor.
Trabajó varios años en Chiado, una zona que la marcó profundamente y la vinculó para siempre al comercio callejero. Su segunda tienda está en Chiado.
"Estoy orgulloso de formar parte de una nueva cultura del comercio ambulante que conserva la historia y la tradición, donde el detalle, la atención y el cliente desempeñan el papel principal".

Mientras tanto, las invitaciones llegaron para trabajar en salas de exposición de Lisboa, iniciando así una nueva etapa en su carrera. Conoció el mercado de norte a sur y, sobre todo, estableció una relación de confianza con sus clientes.
"No son las marcas las que desempeñan el papel principal, son los clientes, siempre los clientes".
En 2001, el brillo de sus ojos adquirió una nueva luz cuando se convirtió en madre. Quería que su hijo viera en ella un ejemplo de fuerza, valor y pasión. Lucha por lo que te hace feliz. Ama lo que haces.
"Yo no sería feliz sin Vintage Bazaar y mi hijo lo sabe y lo respeta. Tenemos una especie de relación complementaria, yo soy el ajetreo y él la calma, no podría pedir más".
También tuvo la oportunidad de viajar por toda Europa, presentando colecciones, desfiles de moda, prospectando nuevas marcas, abriendo horizontes, adquiriendo experiencia, lo que le permitió captar aún más dimensiones del negocio.
Hace aproximadamente una década, al percibir los signos de recesión del mercado, supo exactamente lo que quería hacer y cómo hacerlo. Nunca olvidará quién le ayudó a hacer despegar su sueño. Rápidamente se estableció como una alternativa en el ámbito de la venta al por menor y la entrega rápida de calidad. Dar a sus clientes acceso quincenal a colecciones para entrega inmediata resultó ser una estrategia de éxito en aquel contexto y lo sigue siendo hoy.
"Siempre sentí que era aquí donde quería estar y que tenía algo que dar".
Y así nació Vintage Bazaar en 2007, en Santo Amaro de Oeiras, en una antigua tienda de ultramarinos de su barrio. Siempre guiada por su intuición, se estableció, creando por su cuenta el primer showroom de Vintage Bazaar, donde hoy está la primera tienda de la marca.
"Ser agradecida, tener los pies en el suelo y trabajar todos los días con la misma humildad son máximas a las que no renuncio".
Creó una marca de moda de espíritu libre, pero también de estilo de vida, basada en un concepto bohemio moderno. El estilo vintage y hogareño son otras de sus pasiones. En sus tiendas, busca realmente inspirar a quienes entran en su mundo. Una marca debe hacer soñar, tener un ADN, un concepto que respete y perpetúe en todo lo que hace.
Su inspiración viene de las mujeres, y es por ellas y para ellas que se involucra cada día. Viste a mujeres como Mafalda Pinto Leite, Anna Westerlund, Fernanda Ferreira Velez, Lúcia Moniz, Rita Ferro, Maria Guedes, Ana Stilwell, Catarina Jardim, Carolina Patrocínio y Teresa Tavares. Pero también hay muchas otras mujeres, soñadoras, abiertas, reales e inquietas, que ven en Vintage Bazaar una forma de expresarse y de recibir su mensaje.
"Durante un tiempo viví en la ignorancia de pensar que éste podía ser un mundo inútil, hoy estoy encantada de estar presente en esta industria. La respeto".
Viaja con frecuencia para que todo pueda suceder y para supervisar un proceso de producción muy delicado y vertiginoso en el que nada puede fallar. Ve los viajes como un enorme privilegio que le da la vida para mirar su proyecto y su vida con perspectiva, y de donde siempre vuelve con redoblada energía y mil y una ideas nuevas.
"Si crees en lo que haces y lo haces con verdad y mucha pasión, esa verdad llega a la gente. Transmitimos un mensaje. Creo en esto profundamente".
Se mantiene fiel a su concepto, pero siempre está leyendo el mercado, atenta a los nuevos retos, siempre quiere sorprender. Le gusta creer que su historia puede inspirar a otros a seguir su sueño y su intuición.
"Doy las gracias a mi equipo por hacer posible mi sueño cada día".